Mi pasión es correr montañas, es lo mejor que sé hacer. Me aproxima a Dios. Es lo que da sentido a mi vida. La montaña es el lugar, el eje de la vida, donde se hacen realidad mis sueños. Me da energía vital.

Correr en las montañas es, entrar en una dimensión de libertad plena, silencio espiritual, aventura, riesgo. Sólo existimos el momento presente, la montaña y yo.

Alcanzo mi estado más elevado de percepción, concentración y esfuerzo.

Es un momento que vivo en perfecta armonía de cuerpo, mente, espíritu y Madre Tierra.